Incrustada de silencios
navegué la miel de los sentidos
y en la coraza certera del encierro
escuché anochecer mi tiempo.
Fugitiva de la piel que eriza memorias
el goteo repetido de los días
suspendió resignado el asombro
y en los párpados ignorados y sin nombre
se aglutinaron vencidas las respuestas.
Hermoso pasar por acá. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras!
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