lunes, 12 de noviembre de 2018


Apareces sigiloso.
Tu contorno corporal
agudiza la presencia ajena.
Estás por fuera de mi yo
y sin embargo
tu mirada me atraviesa, me invade
sin permisos ni disculpas.

Recorro sin hablar tu figura.
Escucho sin hablar tu irrupción.
Eres alto, o tal vez no
pero mis ojos se alzan y te observo.

Me rodean tus palabras,
y apareces dulce en el sonido… o tal vez no.

Necesito la dulzura que invento
o posees el encanto del extraño,
de aquel que nada sé y construyo.
Has llegado con buenaventura, lo sé…o tal vez no.

¿Comerás mis días?
¿Absorberás mi ser con tus carencias?
Pareces sincero en las manos extendidas,
sin embargo, me desnuda la ignorancia.
Te invento gentil casi angelical. Lo necesito.

Avecinas vuelos de eternidad, o tal vez no
y apenas permanezcas estos segundos
mientras escribo tu existencia.
Alto, dulce, eterno, casi bello en la distancia…

Te miro fijamente, decoro tu ingreso intempestivo,
inesperado y sin embargo dudo:
Tú, otredad desconocida,
Has ingresado o es que tan solo yo he partido.
¿Cuál es el lugar donde te veo? 
¿Mi lugar que ya perdí…?
Aún estás… o no, pero te recuerdo en la ficción
de aquella vivencia donde creí conocerte lluvioso.


                          Intento inútil dejar sobre la mesa los cristales.


Alto, dulce, eterno, casi bello en la distancia… 
                                                     o tal vez no.




M.C.B. 2 de abril de 2018

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